Orel Morales Goya se ha convertido en el primer Policía Bancario e Industrial (PBI) transgénero de la Ciudad de México, marcando un hito en la inclusión laboral de personas trans en instituciones de seguridad pública. Su historia representa un avance significativo en la lucha por los derechos de la comunidad LGBTTTIQ+ en el país.
De mensajero a policía: un cambio de vida
Antes de ingresar a la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México, Orel trabajaba como mensajero en un despacho jurídico. Aunque el empleo era mal remunerado y exigía largas jornadas, fue en ese entorno donde decidió cambiar su rumbo profesional y registrarse en la policía capitalina.
Proceso de transición: desafíos y apoyo familiar
A los 38 años, Orel decidió iniciar su transición de género en septiembre de 2023. El proceso incluyó estudios clínicos, chequeos médicos y valoración psicológica. Cada 14 semanas se inyecta testosterona, un tratamiento que continuará de por vida. “Desde la primera aplicación te empieza a cambiar la voz, aumenta tu vello corporal, se ensancha tu cuerpo y hay redistribución de grasa corporal”, explica el oficial.
Durante este proceso, contó con el apoyo incondicional de su exesposa, Ana, quien, siendo psicóloga, reconoció los signos de depresión y ansiedad que Orel experimentaba debido a la disforia de género. Juntos, eligieron el nombre “Orel”, que significa “luz de Dios”. “Viviré eternamente agradecido”, afirma Orel.

Reconocimiento institucional y aceptación laboral
Al ingresar a la policía, Orel temía que su identidad de género fuera un obstáculo. Sin embargo, la institución decidió apoyarlo. “Ser reconocido como el primer PBI transgénero es grato, aunque, como cualquier situación nueva, al ser el primer caso dentro de la corporación, no sabían cómo tratarlo”, comenta el oficial Morales.
Sus compañeros de trabajo se enteraron de su transición un año después, cuando Orel decidió actualizar sus documentos en la institución. “Lo han resuelto de manera satisfactoria (…) espero abrir paso para que más personas de la comunidad trans se animen a unirse a corporaciones de seguridad”, expresa Orel.
Desafíos personales y aspiraciones futuras
El trabajo en la policía implica sacrificios personales, como ausentarse en cumpleaños y perderse celebraciones familiares. “Aunque a veces la ciudadanía no lo note, nosotros sacrificamos muchas cosas de nuestras vidas para apoyarles”, señala Orel.
Una de las experiencias más significativas en su carrera fue cuando, durante su servicio en la estación Tacuba de la Línea 7 del Metro de la CDMX, evitó que una persona con discapacidad visual se arrojara a las vías. “El señor nos rogaba que lo dejáramos morir”, recuerda.
A futuro, Orel planea concluir su licenciatura en Derecho y Criminología en la Universidad Nacional Rosario Castellanos y ascender dentro de la corporación. “Aspiro ser un alto mando de la corporación a la que pertenezco”, afirma.
Mensaje de inclusión y respeto
Orel Morales Goya concluye su testimonio con un mensaje claro: “No somos una moda, no somos un capricho, ni mucho menos estamos enfermos. Somos personas que buscamos ser felices con lo que somos. Merecemos el mismo valor y el mismo respeto que las personas heteronormadas”.
Su historia no solo representa una victoria personal, sino también un símbolo de inclusión en uno de los ámbitos más resistentes a afrontar cambios.