Mario Alberto Lover Martínez, un exoficial de la Policía Federal, murió el 9 de junio durante un bombardeo masivo con drones lanzado por las fuerzas rusas en varias ciudades de Ucrania. Lover Martínez, quien había sido parte de un movimiento de expolicías federales que rechazaron ser transferidos a la Guardia Nacional tras la desaparición de la Policía Federal, se encontraba en el frente de batalla como parte de la Legión Extranjera de Ucrania, también conocida como la Legión Internacional de Defensa Territorial
Desde la disolución de la Policía Federal bajo el mandato del expresidente Andrés Manuel López Obrador, varios exoficiales se han enlistado como mercenarios en el conflicto bélico entre Ucrania y Rusia. Actualmente, al menos 18 exintegrantes de la extinta División de Fuerzas Federales se encuentran combatiendo en Ucrania, mientras que 35 más esperan su admisión. Según Jesús Adrián López Zamora, líder de Policías con Dignidad, Valor y Justicia, muchos de estos exoficiales fueron entrenados en tácticas de intervención y seguridad por parte de la Coordinación de Reacción y Alerta Inmediata (CRAI), lo que los convierte en efectivos valiosos en el conflicto.
El deceso de Mario Alberto Lover ocurrió durante un ataque aéreo masivo en el que se reportaron alrededor de 1,200 muertos. Sin embargo, debido a la naturaleza del conflicto, los cuerpos no pudieron ser recuperados de inmediato. López Zamora, quien fue compañero cercano de Lover Martínez, explicó que este había estado en Ucrania como mercenario durante ocho meses tras haber servido en el grupo Delta del Pentágono en Estados Unidos.

“Él se fue a Estados Unidos, donde estuvo en el grupo Delta [del Pentágono]; de ahí lo mandaron para Ucrania, falleció el 9 de junio en un bombardeo masivo con drones,”
Los exoficiales federales, muchos de ellos sin empleo o estigmatizados por el gobierno de López Obrador, solicitaron enlistarse de forma voluntaria en la Legión Extranjera de Ucrania. Para unirse, deben presentar una serie de documentos, pagar su traslado aéreo y, una vez en Ucrania, reciben un reembolso junto con un contrato de un año y seguro de vida. Los mercenarios reciben entrenamiento básico de dos meses antes de ser enviados a los diferentes frentes de batalla. Dependiendo de su experiencia y formación, son asignados a áreas menos conflictivas o directamente a la línea de fuego.
López Zamora también expresó su desacuerdo con la forma en que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha estigmatizado a los expolicías federales. Según él, el gobierno los etiquetó de corruptos sin considerar el contexto de su trabajo y el compromiso que muchos de ellos mostraron. “Nos crucificó como corruptos, como si hubiéramos sido lo peor que le pudo pasar al país”, comentó López Zamora.

Este estigma, según López Zamora, fue uno de los factores que llevó a los expolicías a buscar una salida en el conflicto ucraniano, donde pueden recibir una compensación económica de entre 20 mil y 70 mil pesos mensuales, dependiendo del frente en el que se encuentren.
El contrato de los mercenarios incluye una cláusula que garantiza que, si uno de ellos muere en combate, su cuerpo podrá ser repatriado si las condiciones lo permiten. Además, el seguro de vida cubre a los soldados caídos, y, en caso de ganar el conflicto, las familias de los mercenarios podrían adquirir la nacionalidad ucraniana, lo que les proporciona ciertas garantías a largo plazo.