Monterrey, NL. El influencer y creador de contenido Alfredo Valenzuela, de 32 años, fue víctima de un violento asalto en su domicilio ubicado en el exclusivo municipio de San Pedro Garza García, en el área metropolitana de Monterrey.
El ataque ocurrió la noche del domingo 22 de junio, cerca de las 22:40 horas, y fue protagonizado por un grupo de cinco sujetos armados que irrumpieron en la propiedad, sometiendo a quienes se encontraban al interior.
En entrevista con El Universal, la influencer Lubasha, amiga cercana de la familia, narró los angustiantes momentos que vivió junto a Dominik Armenta —pareja de Valenzuela— y su hijo menor.
“Estábamos viendo la televisión cuando escuchamos ruidos en otro cuarto. Varios hombres entraron corriendo. Intentamos escondernos, pero nos encontraron. Nos apuntaron con armas y exigieron las joyas”, relató.
De acuerdo con su testimonio, los delincuentes las amenazaron con atentar contra el menor si no revelaban dónde estaban los objetos de valor. Lubasha, que intentó ocultarse, fue encañonada y atada con cinta adhesiva, sufriendo cortes en la espalda al ser liberada por los propios asaltantes.

“Decían: ‘Esto te pasa por mostrar todo en redes’. Me ataron tan fuerte que me estaba ahogando. Después me desataron, pero me lastimaron”, agregó.
Tras someter a las víctimas, los sujetos robaron diversas pertenencias de alto valor, incluyendo joyería, electrónicos y el automóvil Lamborghini propiedad de Valenzuela.
Horas más tarde, el lujoso vehículo fue localizado abandonado en un estacionamiento subterráneo de una tienda comercial ubicada en Lázaro Cárdenas y Pedro R. Vázquez, en Monterrey.
El incidente generó una importante movilización de la Policía Municipal, que acudió al domicilio para recabar indicios, testimonios y grabaciones de cámaras de seguridad en la zona.
Hasta el momento, no hay detenidos, y el caso ya es investigado como robo con violencia y allanamiento de morada.
Este hecho ocurre en medio de una creciente preocupación por la exposición pública en redes sociales de figuras públicas y creadores de contenido. Durante el robo, los agresores recriminaron a las víctimas por mostrar su estilo de vida en plataformas digitales.
