La Iglesia de Santiago Apóstol es uno de los símbolos históricos y culturales más representativos de Monclova, cuya historia se remonta a finales del siglo XVII. Este emblemático templo ha sido testigo de múltiples transformaciones a lo largo de los años, consolidándose como un importante espacio de veneración y culto para los católicos de la ciudad y la región centro de Coahuila.
En 1688, un año antes de la fundación oficial de Monclova, los terrenos donde se ubica la iglesia fueron asignados al sacerdote Fray Toribio García de Sierra. La construcción fue certificada y avalada por el notario Esteban de Camorlingo, marcando el inicio de lo que se convertiría en un referente religioso e histórico.
La reconstrucción impulsada por Sánchez Navarro
Durante el siglo XVII y buena parte del XVIII, la iglesia era una edificación rudimentaria, con problemas de iluminación, ventilación y mantenimiento. Sin embargo, todo cambió gracias al sacerdote José Miguel Sánchez Navarro, quien llegó a Monclova en 1753 para sustituir al cura Joseph Flores de Abrego, fallecido ese mismo año.

Con recursos gestionados por Sánchez Navarro, se emprendió una completa reconstrucción de la parroquia, dejando atrás el aspecto lúgubre y polvoriento que la caracterizaba. Este proyecto dio paso a un edificio más funcional y acorde a las necesidades de la época, convirtiéndose con el tiempo en la iglesia que hoy conocemos.

Legado histórico y cultural
La Iglesia de Santiago Apóstol no solo es un lugar de culto, sino también un espacio lleno de historia y tradición para los habitantes de Monclova. Es testimonio de la evolución arquitectónica y cultural de la región, así como del esfuerzo y dedicación de quienes impulsaron su construcción y mantenimiento a lo largo de los siglos.

El cronista municipal Arnoldo Bermea, reconocido con la Mención Nacional al Mérito Archivístico 1999, comparte esta valiosa información para destacar el legado histórico de la ciudad y fomentar el orgullo por nuestras raíces.
Si visitas Monclova, no dejes de conocer este majestuoso recinto que sigue siendo un símbolo de fe y tradición para nuestra comunidad.
