Florencio González advierte que sin intervención del gobierno, la siderúrgica se venderá como chatarra
Monclova, Coahuila; 2 de abril de 2025.- La nacionalización es la única opción para evitar que Altos Hornos de México (AHMSA) se convierta en chatarra y garantizar la protección de los trabajadores, afirmó el economista Florencio González Alonzo, tras las declaraciones del síndico de la quiebra de la empresa.
El especialista señaló que sin la intervención del gobierno federal, no hay posibilidad de reactivar la planta ni recuperar las fuentes de empleo, ya que la crisis financiera y legal de la siderúrgica impide cualquier inversión privada.
“Las condiciones actuales de AHMSA no son buenas, el síndico ya aclaró lo que puede ocurrir con la empresa y todo indica que, sin intervención, terminará en su desmantelamiento total”, alertó González Alonzo.
Liquidaciones insuficientes para trabajadores
El economista destacó que uno de los principales problemas derivados de la quiebra de AHMSA es la situación de los trabajadores con más de 25 o 30 años de servicio, quienes esperaban recibir liquidaciones millonarias, pero ahora solo obtendrán cantidades mínimas conforme a la Ley de Quiebras.
“Los trabajadores hacían cuentas de su antigüedad y estimaban recibir hasta dos millones de pesos, pero con la situación actual, lo que recibirán será una cifra irrisoria”, señaló.
Ante este panorama, enfatizó que las protestas de los ex obreros buscan presionar al gobierno para que intervenga y proteja sus derechos laborales.
“AHMSA podría venderse como chatarra”
González Alonzo advirtió que si no se toman medidas inmediatas, AHMSA terminará vendiéndose como chatarra, y lo poco que se obtenga no será suficiente para indemnizar a los trabajadores.
“El gobierno federal debe actuar antes de que sea demasiado tarde. Si no se nacionaliza la empresa, el dinero que se logre recuperar será insuficiente para cubrir las indemnizaciones, lo que generará una crisis social aún mayor”, advirtió.
El economista insistió en que nacionalizar AHMSA es la única vía viable para garantizar su reactivación y proteger a los trabajadores que han dedicado décadas de su vida a la siderúrgica.