El dólar y el petróleo iniciaron la semana al alza en los mercados internacionales, impulsados por la creciente tensión geopolítica luego de los ataques de Estados Unidos contra instalaciones iraníes.
En operaciones internacionales, el dólar abrió este lunes en 19.24 pesos, lo que representa una depreciación de 0.35% o 7 centavos para la moneda mexicana frente al cierre del viernes anterior, según datos de Bloomberg.
Este nivel es el más alto para el dólar desde finales de mayo. La apreciación responde al comportamiento clásico del billete verde como activo refugio en escenarios de incertidumbre internacional.
El índice dólar, que mide su desempeño frente a seis divisas globales, avanza 0.28%, mientras que el euro retrocede 0.29% y la libra esterlina pierde 0.2%.
El conflicto también impulsó los precios del petróleo. El barril de WTI, referencia para el crudo mexicano, sube 2.51% hasta 75.69 dólares, su mejor nivel desde enero. El Brent del mar del Norte aumenta 2.42% y se coloca en 78.87 dólares, tras tocar los 81 dólares, precio más alto en seis meses.

Los futuros de los principales índices bursátiles de Estados Unidos abrieron a la baja:
- S&P 500: –0.31%
- Nasdaq: –0.9%
- Dow Jones: –0.35%
En contraste con el dólar, las criptomonedas cayeron ante la aversión al riesgo. Bitcoin bajó 2.08% y se acercó a los 100 mil dólares, su menor nivel desde mayo. Ether también registró una fuerte caída.
El nerviosismo en los mercados se mantiene, ante la posibilidad de que Irán responda militarmente con bloqueos en el estrecho de Ormuz —una ruta estratégica por donde pasa cerca del 20% del petróleo mundial— o ataques a fuerzas estadounidenses en la región.
Irán ya ha advertido que responderá con fuerza y “se reserva todas las opciones”. Mientras tanto, Israel retomó bombardeos contra objetivos militares en Teherán y otras regiones del país persa.
El conflicto en Medio Oriente ha encendido las alarmas financieras globales. Mientras los activos refugio como el dólar y el petróleo se disparan, las criptomonedas y bolsas resienten el riesgo. Los inversionistas seguirán atentos a las represalias de Irán y sus efectos sobre los mercados energéticos.