Celebrada en Roma, marcó un momento significativo dentro del foro internacional, al emitir un enérgico llamado a la paz para el pueblo palestino y cuestionar el silencio internacional ante la tragedia humanitaria en la región.
- Se presentó con una kufiya, símbolo de solidaridad con Palestina.
- Reafirmó su identidad como ateo, pero abogó por los valores universales de solidaridad, compasión y justicia.
- Señaló que, aunque en México hay racismo, homofobia e intolerancia, “estamos en un buen momento de cambio” y que México puede aportar una voz moral al mundo.
“Traigo un peso en el corazón que me sobrepasa. Soy de las pocas voces que han alzado la voz en mi país sobre lo que está pasando con el pueblo palestino”.
- Condenó la muerte de más de 18 mil niños y mujeres, así como la destrucción de infraestructura civil, religiosa y educativa en Gaza.
- Llamó a la coexistencia pacífica entre israelíes y palestinos, afirmando que ambos pueblos “tienen derecho a existir y al respeto por sus visiones religiosas, políticas y éticas”.
- Exhortó a los asistentes a romper el silencio y alzar la voz por la paz, incluso si no hay una solución inmediata.
- Noroña habló como presidente del Senado mexicano, aunque su postura no representa una posición oficial del gobierno de México, que tradicionalmente mantiene un enfoque diplomático de no intervención directa.
- Sus declaraciones ocurren en un contexto internacional de creciente presión hacia los actores involucrados en el conflicto Israel–Palestina, en especial tras los informes de crímenes de guerra y el colapso humanitario en Gaza.
- Su intervención fue aplaudida al final por los asistentes, destacando la recepción emocional de su llamado.
- Su discurso fue breve (menos de tres minutos), pero cargado de contenido ético, político y simbólico, particularmente al usar la kufiya y al dirigirse al Parlamento Europeo —un espacio donde ha habido posturas divididas respecto a la guerra en Gaza.