Frente al Árbol de la Esperanza, en Torreón, María Luisa Lazarín e Ixchel Mireles alzaron la voz para recordar que sus seres queridos, Israel Torres Lazarín y Héctor Armando Tapia Osollo, siguen desaparecidos tras ser detenidos por policías hace más de una década.
Ambas mujeres forman parte del grupo de familiares buscadores de personas desaparecidas que, pese al paso de los años, continúan exigiendo justicia y verdad.
Israel Torres Lazarín desapareció el 18 de junio de 2009, cuando viajaba con compañeros rumbo a Matamoros, Coahuila. En el trayecto, fueron detenidos por policías municipales, y desde entonces, no se supo más de él.
Su madre, María Luisa Lazarín, compartió que han pasado 16 años sin respuestas, pese a que la desaparición ocurrió bajo custodia de una corporación policiaca.
“Es una parte de mí que me falta. He aprendido a caminar. El amor y el coraje es lo que me levantan, el amor a él para exigir justicia”, expresó.
María Luisa también denunció que, en su caso, evidencias clave se perdieron porque los ministerios públicos se excusaban, argumentando que entonces no había un delito tipificado y no sabían cómo actuar.
Un año después, el 19 de junio de 2010, Héctor Armando Tapia Osollo, ingeniero civil y gerente de una constructora, fue sustraído por policías federales mientras estaba en casa con su esposa, Ixchel Mireles.
“Estábamos acostados platicando, en eso se escuchó el tronido de la puerta, entraron los hombres y vimos que eran policías federales por el uniforme y porque enseñaron la ‘charola’”.
Desde entonces, Ixchel ha enfrentado trabas institucionales. El expediente fue transferido al fuero federal, lo que ha dificultado el seguimiento de su caso.
“No se ha hecho nada porque me dicen que cómo van a ir a investigar o a ir a tal lado. No te queda más que estar en un colectivo”, lamentó.
En su testimonio, María Luisa recordó la importancia de visibilizar cada caso de desaparición:
“La ciudadanía debe saber que las desapariciones tienen rostro. No nos cansamos, hasta encontrarlos”.
Tanto ella como Ixchel forman parte de colectivos de búsqueda, donde comparten su lucha con otras familias afectadas por la misma tragedia.
Ambas mujeres continúan su camino con la esperanza de hallar a sus seres queridos o, al menos, obtener verdad, justicia y reparación.
