El 5 de febrero de 1836, la ciudad de Monclova fue testigo de la llegada del general Antonio López de Santa Anna y su numeroso contingente militar, que se dirigía a Béjar (San Antonio, Texas) para participar en la Guerra del Álamo.
La presencia del controvertido militar y su ejército, compuesto por más de 5,000 soldados, causó gran expectaciónentre los habitantes de Monclova, que en aquel entonces apenas sumaban 1,500 personas.
Apoyo de las autoridades locales
Las autoridades municipales, encabezadas por don Antonio Tijerina, hicieron lo posible por auxiliar a las tropas, pese a las limitadas provisiones con las que contaban. Se les suministraron víveres y apoyo logístico para que pudieran continuar su marcha hacia Texas.
Santa Anna y su ejército permanecieron en Monclova por siete días. Finalmente, el 12 de febrero de 1836, reanudaron su camino, enfrentándose a una abundante nevada que dificultó su desplazamiento, ya que la nieve alcanzó más de 45 centímetros de altura.
Hallazgos históricos en Adjuntas
Años más tarde, un grupo de investigadores norteamericanos llegó a Adjuntas, a 30 kilómetros de Monclova, para estudiar la ruta seguida por Santa Anna y su ejército. Su objetivo era ubicar la bifurcación de caminos donde el comandante De Valle tomó una ruta equivocada, lo que retrasó su llegada a los combates en Texas.
Durante sus investigaciones, los expertos encontraron un botón de uno de los uniformes militares de las tropas santanistas, un vestigio tangible de aquel histórico paso del ejército mexicano por la región.
Se adjunta un facsímil de un documento histórico que detalla los preparativos para la llegada de las tropas a Monclova.



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