José Francisco Soberón, fue un sacerdote que llegó a Monclova en el año de 1818 para hacerse cargo de la Parroquia Santiago Apóstol. Venía procedente del Real de Sabinas, jurisdicción del Nuevo Reino de León. Su primera residencia en nuestra población, la fijó justo a espaldas de las Casas Consistoriales, por la calle que salía de “La Guardia” (hoy V. Carranza).
Casi recién establecido en nuestra Ciudad, surgieron los primeros conflictos con los vecinos de la comunidad, entre lo que se destacaba la retención que hacía de personas fallecidas, cuyos deudos que no pudieran cubrir los derechos parroquiales de entonces, les prohibía que utilizaran el Panteón Municipal, obligando con ello, que en algunos casos tuvieran que salir de la población para buscar algún lugar “apropiado”, para proceder con la inhumación de los difuntos. También, aquellos que trabajaban con el cura, corrían el riesgo de ser amarrados y “encostalados”, cuando a criterio de él, incurrían en alguna falta o desobediencia.
En otro conflicto que las autoridades tuvieron que enfrentar con el cura Soberón, fue cuando suspendió el toque de queda que se daba a las nueve de la noche. Este toque de queda servía para regular los comercios, el tránsito de los ciudadanos y el ingreso de las carretas a la población. Los había suspendido porque según él, deberían de cubrirse los derechos mensuales “acostumbrados” por el uso de las campanas de la Iglesia Santiago Apóstol.
En el año de 1824, don Guadalupe Victoria, Presidente de México, le solicitó le rindiera un informe sobre la captura de los Insurgentes, como Soberón no le tocó presenciar estos acontecimientos en nuestra población pero disponía de documentos e información transmitida oralmente de esos hechos, por lo que hizo una relatoría que denominó “Relación de Ocurrencias de 1810 a 1824, por causa de la Independencia”, consiste en un texto de 114 páginas y que se conserva en el Archivo General de la Nación(AGN).
El cura muere en 1849 contagiado por el cólera, flagelo que se le conoció como el “cólera chico”.
En el Archivo Municipal de Monclova existen más evidencias documentales que refieren el actuar arbitrario de este sacerdote.
La imagen adjunta, ilustra la indumentaria que se utilizaba en la primera mitad del siglo XIX.
Arnoldo Bermea……….Mención Nacional al Mérito Archivístico 1999.
Abuso y Poder
José Francisco Soberón, fue un sacerdote que llegó a Monclova en el año de 1818 para hacerse cargo de la Parroquia Santiago Apóstol. Venía procedente del Real de Sabinas, jurisdicción del Nuevo Reino de León. Su primera residencia en nuestra población, la fijó justo a espaldas de las Casas Consistoriales, por la calle que salía de “La Guardia” (hoy V. Carranza).
Casi recién establecido en nuestra Ciudad, surgieron los primeros conflictos con los vecinos de la comunidad, entre lo que se destacaba la retención que hacía de personas fallecidas, cuyos deudos que no pudieran cubrir los derechos parroquiales de entonces, les prohibía que utilizaran el Panteón Municipal, obligando con ello, que en algunos casos tuvieran que salir de la población para buscar algún lugar “apropiado”, para proceder con la inhumación de los difuntos. También, aquellos que trabajaban con el cura, corrían el riesgo de ser amarrados y “encostalados”, cuando a criterio de él, incurrían en alguna falta o desobediencia.
En otro conflicto que las autoridades tuvieron que enfrentar con el cura Soberón, fue cuando suspendió el toque de queda que se daba a las nueve de la noche. Este toque de queda servía para regular los comercios, el tránsito de los ciudadanos y el ingreso de las carretas a la población. Los había suspendido porque según él, deberían de cubrirse los derechos mensuales “acostumbrados” por el uso de las campanas de la Iglesia Santiago Apóstol.
En el año de 1824, don Guadalupe Victoria, Presidente de México, le solicitó le rindiera un informe sobre la captura de los Insurgentes, como Soberón no le tocó presenciar estos acontecimientos en nuestra población pero disponía de documentos e información transmitida oralmente de esos hechos, por lo que hizo una relatoría que denominó “Relación de Ocurrencias de 1810 a 1824, por causa de la Independencia”, consiste en un texto de 114 páginas y que se conserva en el Archivo General de la Nación(AGN).
El cura muere en 1849 contagiado por el cólera, flagelo que se le conoció como el “cólera chico”.
En el Archivo Municipal de Monclova existen más evidencias documentales que refieren el actuar arbitrario de este sacerdote.
La imagen adjunta, ilustra la indumentaria que se utilizaba en la primera mitad del siglo XIX.
Arnoldo Bermea……….Mención Nacional al Mérito Archivístico 1999.