FRONTERA, Coahuila. Desde noviembre de 2024, Yanet Carina de la Rosa, quien ha dedicado más de 30 años a la venta de taquitos mañaneros, ha sido víctima de hostigamiento por parte de un grupo de lavacarros ubicados frente al edificio de Recaudación de Rentas, tras ser reubicada por elementos de Seguridad Pública.
Reubicación sin explicaciones claras
La vendedora relató que su puesto, anteriormente situado en la banqueta frente a Recaudación, fue movido en noviembre por instrucciones de las autoridades sin recibir una explicación clara.
“Unidades de Seguridad Pública de Frontera llegaron y reubicaron mi puesto sin previo aviso. Les pregunté por qué y solo me dijeron que eran órdenes superiores”, señaló.
A pesar de contar con los permisos y documentación en regla para ejercer su actividad, la reubicación marcó el inicio de los problemas.
Hostigamiento constante
Según la denuncia de Yanet, los lavacarros han reclamado el espacio como suyo y han realizado diversas acciones para intimidarla y alejar a sus clientes.
“Colocan piedras o lo que sea para que los clientes no lleguen. Me piden que me retire porque dicen que esa calle les pertenece”, explicó.
La vendedora expresó su preocupación por el constante acoso y el temor de que algo le suceda a su puesto.
“Nunca le hago mal a nadie, pero no hay día que no vengan a molestarme. Tengo miedo de que en las noches dañen mi puesto porque se nota que son personas dispuestas a todo”, denunció.
Solicitud de intervención
Yanet ha intentado apelar al sentido común de los lavacarros, sugiriéndoles que, si tienen alguna inconformidad, la dirijan a Seguridad Pública. Sin embargo, los hombres insisten en que su puesto invade propiedad privada, a pesar de estar en la vía pública.
Ante esta situación, la vendedora de alimentos solicita la intervención de las autoridades para garantizar su seguridad y la de su negocio.
“Solo quiero trabajar en paz. Así como yo los respeto, pido lo mismo. No es justo que después de tantos años de trabajo ahora viva con miedo”, concluyó Yanet Carina de la Rosa.
Un llamado a las autoridades locales
El caso refleja la necesidad de un mayor control y regulación de los espacios públicos para evitar conflictos entre comerciantes y otros grupos que comparten las calles.