Irene Castro, de 33 años, quien fue encontrada en un estado de desorientación y resguardada por autoridades en un albergue de Protección Civil, ha sido finalmente identificada. Tras varios días de incertidumbre, las autoridades lograron localizar a sus familiares, aunque persisten los retos para garantizar su bienestar debido a su condición médica.
Localización de la familia y desafíos inmediatos
De acuerdo con Julio Ríos, director de Protección Civil, Irene vive en la zona centro de Ciudad Frontera, lugar al que fue inicialmente trasladada tras ser encontrada. Sin embargo, un tío residente en esa área señaló que no puede hacerse cargo de ella, argumentando los riesgos asociados a su trastorno de esquizofrenia.
Posteriormente, las autoridades lograron contactar a los hermanos de Irene, quienes residen en Piedras Negras. Estos confirmaron su parentesco y manifestaron disposición para asumir su responsabilidad. No obstante, aunque se comprometieron a acudir al albergue para trasladarla a su ciudad, hasta el momento no han cumplido con lo prometido.
Ríos enfatizó la importancia de que sus familiares cumplan con su compromiso lo antes posible, ya que Irene necesita cuidados especializados que no pueden ser proporcionados en un albergue temporal.
“Seguiremos insistiendo para que sus hermanos vengan por ella. Su condición requiere atención integral que va más allá de nuestras capacidades”, declaró el funcionario.
Comportamientos y retos en el albergue
El director de Protección Civil detalló que Irene ha mostrado comportamientos mixtos durante su estadía en el albergue, alternando momentos de calma con episodios de ansiedad. Esto ha representado un desafío para el equipo que la atiende.
“Debemos estar atentos porque, debido a su condición, puede presentar episodios de comportamiento agresivo en cualquier momento. Esto requiere medidas preventivas constantes para garantizar la seguridad de todos”, explicó Ríos.
Historia de Irene y su situación actual
La familia de Irene compartió detalles sobre su vida, revelando que ha enfrentado la esquizofrenia desde hace varios años. Según los testimonios, Irene residió previamente en Estados Unidos, donde contrajo matrimonio y tuvo hijos. Sin embargo, debido a episodios de agresividad relacionados con su trastorno, su pareja solicitó su deportación a México, lo que complicó aún más su situación.
Desde su regreso, el cuidado de Irene ha sido un reto significativo para su familia en México, quienes han tenido dificultades para asumir la responsabilidad de su atención.
Necesidad de atención médica especializada
Las autoridades han subrayado que Irene requiere atención médica especializada para controlar su esquizofrenia, así como un entorno adecuado que le permita vivir con estabilidad. Este tipo de cuidados no puede ser garantizado en un albergue temporal, lo que aumenta la urgencia de que su familia tome cartas en el asunto.
“Es fundamental que sus familiares asuman su cuidado. Su condición no es algo que podamos manejar indefinidamente en este espacio. Necesita médicos, terapias y un entorno controlado para mejorar su calidad de vida”, puntualizó Ríos.
