Un capítulo histórico de la industria textil mexicana
El 13 de julio de 1905, un trágico incendio marcó la historia de Monclova, Coahuila, al destruir la fábrica de hilados “La Buena Fe”, una de las empresas textiles más importantes de la región. Este suceso, que dejó temporalmente a cerca de 500 trabajadores sin empleo, impactó no solo a las familias directamente relacionadas con la empresa, sino también al comercio local, que experimentó una disminución significativa en la circulación monetaria. ¿Cómo un incidente de esta magnitud afectó a Monclova y cómo logró la ciudad superar esta adversidad? Aquí desglosamos los hechos y su trascendencia histórica.
Un símbolo de desarrollo industrial en Monclova
“La Buena Fe” no era solo una fábrica; representaba un pilar económico y social para la comunidad. Estaba ubicada al sur de la ciudad, en el punto donde culmina la calle Hinojosa, y se dedicaba a la producción de manta gruesa de alta calidad. Estas telas, vendidas a un costo de cuatro pesos por pieza, eran muy valoradas tanto local como regionalmente.
La fábrica no solo generaba empleos, sino que ofrecía vivienda gratuita a las familias de sus trabajadores, independientemente de su género, creando un núcleo habitacional que impulsó el crecimiento de Monclova. En 1898, debido al auge de este núcleo, se extendió la línea del tranvía hasta “La Buena Fe”, conectando la fábrica con el resto de la ciudad y facilitando el transporte para los trabajadores y la distribución de los productos.
El día del incendio: Una tragedia que paralizó a Monclova
La mañana del 13 de julio de 1905, el fuego se propagó rápidamente en las instalaciones de “La Buena Fe”. Las llamas consumieron la fábrica, dejando a cientos de familias sin sustento económico. El impacto fue inmediato y devastador, tanto para los empleados como para los pequeños comerciantes que dependían de la actividad económica que generaba la fábrica.
En ese momento, no existían las modernas brigadas de bomberos ni los equipos de seguridad industrial actuales, lo que dificultó el control del incendio. A pesar de los esfuerzos de los habitantes de Monclova por sofocar las llamas, los daños fueron irreparables. ¿Qué significó esto para una ciudad que dependía en gran medida de esta industria?
Efectos en la economía local
El incendio no solo afectó a los trabajadores de la fábrica, sino que también tuvo un impacto profundo en la economía de Monclova. La falta de ingresos para las familias trabajadoras redujo el consumo local, lo que a su vez afectó a los comercios y otros sectores económicos. Además, la producción textil, que era un motor importante para la región, se detuvo abruptamente.
La reconstrucción de “La Buena Fe” y su legado
A pesar de la devastación, “La Buena Fe” no desapareció para siempre. Los propietarios de la fábrica, los señores Degetau y Garza, se comprometieron a reconstruirla, demostrando resiliencia frente a la adversidad. La fábrica volvió a operar, aunque enfrentó nuevos desafíos en las décadas siguientes.
En 1921, bajo la dirección de Arturo Rohrbeck, un empresario de origen sefardí, la fábrica tuvo que adaptarse a un cambio importante en su operación. La concesión de medio surco de agua otorgada en 1886 se dio por terminada debido a que, en 1918, las aguas del río Monclova fueron declaradas propiedad de la Nación. Este cambio marcó el inicio de una nueva era para la industria textil en la región, obligando a los empresarios a buscar alternativas para mantener la producción.
Impacto en la comunidad y la identidad de Monclova
“La Buena Fe” no solo dejó un legado industrial, sino también cultural. La comunidad que se formó alrededor de la fábrica contribuyó al crecimiento de Monclova, y su historia sigue siendo un recordatorio de la importancia del trabajo colectivo y la capacidad de superación frente a los desafíos.
