El Adviento es un período significativo para los cristianos, marcado por la esperanza, el agradecimiento y la preparación espiritual. Según el sacerdote Juan Francisco González Escalante, este tiempo tiene una triple finalidad:
Recordar el pasado
Celebrar y contemplar el nacimiento de Jesús en Belén es uno de los objetivos principales del Adviento. “El Señor ya vino y nació en Belén”, destacó el sacerdote, subrayando la importancia de rememorar este acontecimiento histórico para fortalecer la fe.
Vivir el presente con esperanza
El Adviento también es un llamado a vivir con esperanza, confiando en que “donde haya obscuridad habrá luz, y donde hay tristeza, alegría”. González Escalante señaló que esta temporada invita a los cristianos a confiar en que siempre hay razones para seguir adelante. Además, animó a aprovechar estos días para la preparación y conversión, recordando que no solo la Cuaresma es un tiempo para reflexionar y cambiar.
Preparar el futuro
El sacerdote enfatizó la importancia de prepararse espiritualmente mediante acciones concretas, como:
- Realizar una confesión.
- Asistir a las misas dominicales.
- Practicar las virtudes cristianas.
“El Adviento es tiempo de prepararnos, así como se hace al acudir a una fiesta. Por ello, la corona de Adviento reúne a todas las familias”, indicó.
Un tiempo de agradecimiento y renovación
El Adviento también puede ser un período de melancolía para quienes extrañan a sus seres queridos que ya no están. Sin embargo, el sacerdote invitó a transformar esta tristeza en un momento de agradecimiento y alegría, disfrutando la compañía de quienes aún nos acompañan y recordando con amor a quienes han partido.
Profundizar la relación con Dios
La Iglesia Católica describe el Adviento como un tiempo de renovación espiritual. Este período invita a:
- Reflexionar y convertir los corazones.
- Tener una conversación íntima con Dios para discernir su voluntad.
Además, el Adviento tiene una dimensión escatológica, ya que prepara al creyente para la segunda venida de Cristo y el encuentro definitivo con Dios. El color litúrgico asociado a este tiempo es el morado, que simboliza la penitencia y la preparación.
El sacerdote Juan Francisco González Escalante concluyó que el Adviento es una oportunidad para profundizar en nuestra fe, vivir con esperanza y prepararnos espiritualmente para la Navidad y más allá.